Antecedentes
Revolución Industrial
La primera revolución industrial acontecida en Inglaterra entre 1790 y 1830 es un fenómeno de la historia económica mundial que aún suscita varias incógnitas y mucho interés.
Esto es debido a que este cambio paulatino de la sociedad y de la estructura económica inglesa es el principal factor detrás de la hegemonía económica mundial de dicho país en el siglo XIX, y es la causa de una serie de cambios sociales de envergadura que llegan hasta el mundo que hoy conocemos.
Revolución Francesa
Tengamos en cuenta que en 1789 había tenido lugar la Revolución Francesa. Como consecuencia de la misma se evoluciona de una sociedad teocrática a una más humanística, en la que se da realce a la ciencia, investigación, experimentación, lo que hace avanzar los diseños de maquinaria, y fabricación.
Inglaterra tenía colonias aún por explotar, grandes cantidades de carbón. Poseía la mano de obra, y la materia prima.
Fabricación en serie
Comienzan a florecer las fábricas. Como en las ciudades existía la posibilidad de ganar más dinero, los campesinos británicos iban emigrando en busca de trabajo a las incipientes factorías, minas, forjas, fundiciones.
Esto supone la necesidad de emitir moneda circulante de valor medio y bajo para pagar salarios a los obreros, y para que estos dispongan de fracción pequeña de moneda con la que comprar el pan, bebida, ropa en sus lugares de trabajo. Además no todas las fábricas o minas se ubican en ciudades grandes, con sucursales bancarias. Muchas veces están alejados, y tener “cambios” para gastar es una necesidad.
Por otra parte, el estado del arte industrial avanzaba rápidamente, y se estaban diseñando máquinas que ya apuntaban a la fabricación en serie, por lo que se avecinaba la posibilidad de comprar objetos seriados, con precios no excesivamente caros, lo que reforzaba la necesidad de emisión de moneda de bajo valor.
Política monetaria inexistente desde 1773 a 1821
La Real Casa de moneda no realizó monedas de cobre durante 48 años, desde 1773 hasta 1821.
Jorge III había interrumpido la acuñación de moneda en 1775. Consideró que no circulaban, así que no hacían falta. Además creía que había demasiadas falsificaciones (se estima que en 1786 dos tercios de la moneda circulante era falsa, y casi ninguna de las monedas de plata que se manejaban era auténtica), así que limitando la acuñación de moneda legal, las falsas se gastarían, porque no quedaría más remedio.
Por otra parte los falsificadores habían aprovechado la emisión de moneda de curso legal, para hacer de cada pieza dos o tres falsas, con menos peso, duplicando o triplicando sus ganancias, con las de plata e incluso, con las de cobre. Las grandes ciudades estaban a rebosar de monedas, sobre todo “malas”. Las pequeñas ciudades de provincia estaban desabastecidas lo que significaba que no tenían dinero.
Moneda de necesidad
Se cree que los primeros tokens privados, con el valor de un penique, se fabricaron en la pequeña población de Lancashire. Se sabe poco de esta emisión. Se hicieron para el Coronel Charles Mordaunt, que poseía un molino en Halsall, cerca de Southport, ahora desparecido.
En los archivos de la ciudad de Birmingham hay una carta de John Moon, Superintendente del molino de Halsall a Mr. Boulton (un industrial, y diseñador de maquinaria, que poseía forjas, entre otras empresas), fechada en diciembre de 1783, pidiéndole moldes y diseños.
En 1787 la Parys Mining Company, que explotaba minas de cobre, tomó una decisión. Tenían el cobre, y acceso a prensas de acuñación.
Ubicados en Anglesey, Wales, estaban fuera de los circuitos generales de la economía. Hacía falta moneda de valor pequeño, tenían los medios, así que lo hicieron.
Un penique, y medio penique
Fabricaron piezas de un penique y medio penique, con los pesos correctos, y diseños de cuño agradables, con una leyenda reconociendo el valor concedido a las piezas, y que presentando esas monedas se pagaría al portador con fondos reales.
Dichas piezas fueron aceptadas ampliamente por los trabajadores, y por los comerciantes. Ayudaban a poner en marcha el sistema económico, estimulaban el consumo, motor de la economía.
Además se produjo otro efecto. Al hacerse la piezas con cobre, comienza a despegar la demanda de este metal a las minas, para hacer los cóspeles de las monedas.
El problema de las monedas falsas
Sin embargo seguía habiendo mucha moneda falsa. De hecho, el señor Boulton, que había diseñando unos artilugios que permitían acuñar 650 monedas por minuto, con características difíciles de falsificar, con cantos sobresalientes, y letras incusas que hacían difícil su reproducción, solicitaba al gobierno que le permitiera acuñar moneda para atajar las falsificaciones, y para poner en el mercado moneda “buena”.
Pero el rey no le habilitó para fabricar oficialmente moneda inglesa, así que se limitó a hacerlo para las colonias, la compañía del Este de India, Sierra Leona y Rusia. Corría el año 1790, y Pitt, primer ministro, pospuso una nueva acuñación, con lo que las piezas que se hacían provenían de los fabricantes oficiosos que intentaban por todos los medios hacer espionaje industrial a las empresas de Boulton para producir monedas de esa calidad, y cantidad, sin conseguirlo.
Mientras tanto se seguían fabricando tokens. El 95% eran de valor facial ½ penique. Entre las piezas que se fabricaron hay algunas de increíble belleza, porque artistas de todas partes se acercaban a las fabricas de tokens para ofrecer sus servicios de grabadores. En algunos lugares los motivos de los tokens se aprovechaban para hacer publicidad, de un comercio, una zona, una ideología…
Half Penny «Dundee Ship Token», Angusshire
1/2 Penny Token. Cu. 1795. DH-10. Dundee Ship token. R/ Old Tower. Muy bello.
En el canto aparece la leyenda «PAYABLE AT THE WAREHOUSE OF ALEXR. MOLISON».
En el anverso aparece un barco amarrado junto a un muelle. En la leyenda «COMMERCE AUGMENTS DUNDEE». En exergo: Lar armas en el escudo, de los patrocinadores, el lema de la ciudad, y el escudo con dragones. El lema «WRIGHT, DEI DONUM, DELIN».
En el reverso aparece la torre de la Iglesia vieja. la leyenda es «DUNDEE HALF – PENNY . 1795.» . Debajo en tres líneas aparece «OLD TOWER / FOUNDED / 1189»
Hampshire, Portsea
1/2 Penny Token. Cu. 1794. DH-70. Hampshire. Portsea. Muy escaso.
En el anverso presenta Una mano sosteniendo una lanza (jabalina), hacia la izquierda, sobre el escudo de armas. En el reverso aparece un barco navegando hacia la derecha, con ramitas debajo del motivo. En el canto va grabado «AT GEORGE EDWARD SARGEANTS PORTSEA».
Yorkshire, Hull
1/2 Penny Token. Cu. 1791. DH-17. Yorkshire. Hull. Muy bella.
En el anverso destaca un gran barco en mar abierto, navegando, con la leyenda «PRO BONO PUBLICO», y en exergo la fecha de 1794, y en el reverso las armas del rey, entre ramitas de roble, con la leyenda «HULL HALF PENNY, 1791». Se aceptaba como pago en cualquier lugar ( en el canto «CURRENT EVERYWHERE»)
Masonería
Princesa de Gales
Como había mucha variedad de motivos, no solo sirvieron para dinamizar la economía, sino que crearon un ávido mercado de coleccionistas, puesto que había muchas variedades de tipos.
En 1797, cuando la crisis monetaria y económica estaba en un punto muy acuciante, el Gobierno aprobó un plan para emitir grandes cantidades de monedas de cobre, y Boulton fue llamado a Londres el 3 de marzo de 1797, informándole del plan del Gobierno. Cuatro días más tarde, Boulton asistió a una reunión del Consejo Privado, y se le otorgó un contrato al final del mes, de acuerdo con una proclama del 26 de julio de 1797. Las monedas de un centavo y dos centavos debían pesar una y dos onzas respectivamente. Eran monedas oficiales.
Se han producido tokens en años posteriores, y con factura mejor, y con motivos bellos. Pero el verdadero inicio de su fabricación fue una cuestión de necesidad de las personas , para comerciar, y una mala política económica que no supo ver el problema a tiempo, y cuando lo vio, ya era tarde.